La redacción de la propuesta para una nueva reforma electoral en Castilla-La Mancha podría ser admitida por las Cortes regionales para su posterior tramitación, en los próximos días, tal y como avanzó el grupo parlamentario popular. La modificación de la Ley Electoral pretende reducir a la mitad, el número de escaños, y establecer unas nuevas bases para la convocatoria de las próximas elecciones autonómicas en la Comunidad Autónoma.
La presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores Cospedal ya ha realizado una modificación de esta normativa sobre la que se configuraría el arco parlamentario de las futuras Cortes regionales, en la presente Legislatura, y si hubiera elecciones en la actualidad, los ciudadanos elegirían con su voto a 53 diputados, 4 más que en la anterior reforma llevada a cabo por el ex presidente de la Junta de Comunidades, José María Barreda, sin embargo, esta ampliación de escaños se realizó antes de que el presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, lanzará a sus barones territoriales la obligatoriedad de reducir parlamentarios autonómicos, una medida de ahorro del gasto público, pero sobre todo ejemplarizante con una clase política, que no parece sufrir en exceso los recortes.
La principal incógnita es saber si esta reducción de escaños se realizará en el texto legislativo en función de la anterior reforma electoral, o de la composición actual de las Cortes regionales.
En cualquier caso, parece evidente que Cospedal no querrá modificar sustancialmente el sentido estratégico de su anterior reforma electoral, en la que había más provincias con escaños impares (3) que pares (2), como era el caso de Toledo, Cuenca y Guadalajara, por un lado, y Albacete y Ciudad Real, por otro.
Con el texto que se presentará en los próximos días, parece a priori que Toledo pasará de 13 a 7, Ciudad Real de 12 a 6, Albacete de 10 a 6, Cuenca de 9 a 5, y Guadalajara de 9 a 5, apostando por una reforma electoral de 29 diputados, aunque podría ampliarse a 31 si Ciudad Real, en vez de 6 obtiene 8 diputados, algo menos probable, debido a que históricamente esta provincia, -muy extensa, con un marcado carácter rural y agrícola, y de un importante número de población-, ha sido un feudo de gran concentración de voto socialista.
Esta reforma electoral, que a priori parece la definitiva para las elecciones a la Presidencia de la Junta de Comunidades y a las Cortes de Castilla-La Mancha en 2015, también servirá de tablero para la configuración de las estrategias y diseños de campañas electorales de los dos principales partidos con opción a obtener gobierno, a pesar de la incertidumbre que reina en las estructuras internas del PP y del PSOE, después de darse a conocer unos datos del CIS, que reflejan una importante pérdida de intención de voto de ambas formaciones.
El grupo parlamentario socialista pidió también que el nuevo texto de la reforma electoral se debata con partidos que no tienen representación parlamentaria como es el caso de IU y de UPyD, dos fuerzas políticas, que no tendrán ninguna opción de alzarse con escaños, pero que podría conformar un frente común contra este nuevo sistema electoral.
Es evidente, que la reducción del número de diputados, también dificulta el acceso a esta institución a estos partidos, que sin tener una amplia estructura logística, están experimentando un notable avance en intención de voto, algo que podría dificultar una victoria del PP, debido a los pactos o coaliciones, algo que se cierra con esta reforma electoral.
