Opinión

Los otros

La más reciente encuesta de Metroscopia ha puesto de manifiesto que el electorado da por amortizada la corrupción, aunque pase una pequeñita factura en intención de voto, pues el PP sigue siendo el partido que ganaría las elecciones, de celebrarse hoy. Las encuestas vuelven a dar por válido el “sorpasso” de Podemos al PSOE, como ya sucediera en anteriores elecciones, y que luego los electores se empeñaron en contradecir al ir a las urnas.

Una persona medianamente informada, es decir, quien no se conforme con lo que lea o escuche en los medios habituales, sino que indague por su cuenta, aprovechando el caudal de información que ofrecen las redes sociales, puede plantearse cómo debe de estar el personal para agarrarse así a ese clavo ardiendo que representa el PP. Puede analizar si en Podemos resolvieron de verdad sus diferencias en Vistalegre II o el equipo que no ganó estudia otras alternativas, incluso fuera de esas siglas.

 La gente también puede estar percibiendo que Ciudadanos ladra pero no muerde. Incluso puede notar cierto ninguneo del PP para con el partido de Albert Rivera, sin que ello le ponga en mayores aprietos. Bueno, la encuesta le favorece en casi el poquito que le quita al PP, pero ya está. Con esos mimbres ya pueden mejorar su comunicación si quieren no ser percibidos como la marca blanca del partido de Rajoy, como sucedió en anteriores elecciones.

Y finalmente el PSOE, partido en la UCI desde la forzada dimisión del último secretario general, Pedro Sánchez, el pasado 1 de octubre de 2016. Con unas primarias previstas para mayo, para las que a día de hoy hay dos candidatos y una candidata, aún sin confirmar formalmente. Con un Congreso que se estima para junio, de cuyo resultado dependen tantas cosas… ¿Cómo se puede pretender que perciba hoy la ciudadanía a este partido como alternativa de gobierno, por muchas encuestas que se hagan previas a todo ese proceso? 

Así pues, Rajoy puede ser dibujado de nuevo por los humoristas, recostado en un sillón fumándose un puro. Puede esperar tranquilamente a que las gambas se peleen vivas en las cajas y que luego le sirvan las que han ganado. Puede amenazar con convocar elecciones si no le aprueban los presupuestos. Puede cenar en Versalles (Francia), siendo uno de los cuatro grandes de Europa y el más seguro en su puesto, aunque no sepa ni papa de inglés, ¿qué más le da? Si sigue ahí y, según la encuesta, parece que seguiría, da qué pensar sobre cómo percibe el electorado hoy en día a “los otros”.

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