Opinión

Page traiciona la unidad de España

Vivimos momentos históricos muy  críticos en España por el órdago secesionista del Gobierno de Cataluña. Cuando se suceden   manifiestos de apoyo a los catalanes, a los alcaldes, a la justicia y a las FCSE constitucionalistas que sufren el acoso, señalamiento y hostigamiento de los secesionistas, cuando el Gobierno de Rajoy trabaja en la defensa de la soberanía nacional, el Estado de derecho, la unidad de España, la Constitución del 78 y el cumplimiento de la ley, la actuación de Page y su vicepresidente, García Molina, apoyando el referéndum, la autodeterminación y el incumplimiento de la ley de los dirigentes catalanes ha sido la piedra del escándalo nacional que ha generado un sentimiento de humillación y traición imperdonable en miles de castellano-manchegos por culpa de la actuación de Page.

En cómo se afrontan y gestionan las graves crisis de la historia de un país se pone de manifiesto la grandeza o pequeñez de sus líderes. Considero que Rajoy está mostrando esa grandeza que pasa a la historia y, frente a este comportamiento ejemplar, se ha significado por su pequeñez el comportamiento humillante y traidor de Page: el único presidente autonómico que ha permitido el apoyo de su Gobierno al Gobierno secesionista catalán, como el etarra Otegui.

Page, la unidad de España es lo primero para los castellano-manchegos, y estamos comprobando con estupor cómo no lo es para usted. Cuando todos estamos preocupados por la unidad de nuestro país, usted ha demostrado con sus actos que antepone sus mezquinos intereses personales a los de  Castilla-La Mancha y, por extensión, a los de España.

Nosotros no nos creemos las mentiras de los independentistas, condenamos por totalitaria la hispanofobia rampante, el acoso a ciudadanos no secesionistas, el adoctrinamiento a los niños, el acoso a alcaldes que cumplen la ley, el hostigamiento a jueces, fiscales y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado por defender nuestra Constitución, así como condenamos los insultos al Rey, las ofensas a nuestra bandera y el desprecio a nuestros símbolos. Page, usted se ha saltado todos los semáforos en rojo imaginables.

Page, los castellano-manchegos no somos de peor condición que los catalanes. Es más, hay miles de paisanos que han contribuido con su trabajo y sudor al crecimiento de Cataluña. Por eso le digo que no me representa.

Me avergüenzo de que, ante un proceso secesionista, el vicepresidente en representación de todos los castellano-manchegos sea, junto con el etarra Otegui, el único político que haya mostrado su apoyo al incumplimiento de la ley.

Page, su vicepresidente es su vicepresidente, y lo será mientras usted quiera. Además, es secretario general de Podemos en Castilla-La Mancha, pero a su vez es y sigue siendo su vicepresidente.

Por eso, Page, no en mi nombre. La visita de su vicepresidente a Junqueras para mostrar su apoyo al referéndum ilegal, no en mi nombre. Apoyar la ilegal apertura de los colegios electorales de Ada Colau, no en mi nombre. Apoyar la autodeterminación de Cataluña, no en mi nombre. Contribuir a romper España, no en mi nombre. Mirar hacia otro lado cuando tu vicepresidente muestra su apoyo a los gobernantes sediciosos que se saltan la ley, acosan a los demócratas y propagan decenas de mentiras independentistas que transmiten la superioridad de los catalanes sobre los castellano-manchegos, no en mi nombre.

Page, jamás, nunca, ni en mis peores sueños pude imaginar la degradación política a la que ha arrastrado usted a nuestro nombre, a nuestra tierra, a Castilla-La Mancha. No nos merecemos un presidente que, con tal de mantener su sillón, mira para otro lado y mantiene a un vicepresidente que ha cruzado todos los límites tolerables de la deslealtad y la traición  a Castilla-La Mancha y a España. Cuánta mezquindad, cuánta pequeñez.

Page, usted no da la talla política ni está a la altura de las circunstancias que vive España mientras mantiene a un vicepresidente que apoya el referéndum ilegal de Cataluña.

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