Opinión

La abstención del PSOE recupera la política

Con la decisión, obligatoria, del Comité Federal del PSOE, se allana el camino para el desbloqueo político y la recuperación de la normalidad institucional en España.

Según fuentes consultadas, el debate ha sido duro pero respetuoso. El contrapunto del tumultuoso comité federal que acabó con la dimisión del anterior secretario general, Pedro Sánchez.

El dilema para el PSOE queda pendiente en la posición que adoptarán finalmente quienes amenazan con incumplir la resolución del máximo órgano de dirección entre congresos. No hay ninguna declaración oficial de la actual dirección del PSOE sobre las medidas disciplinarias que podrían adoptarse en caso de que se consumase ese grave acto de rebeldía.

En el caso del PSC, su líder Miquel Iceta se encuentra en una complicada encrucijada. El PSC participa en todos los órganos de dirección del PSOE, cosa que no ocurre a la inversa. Participó y votó en el comité celebrado hoy. Si incurriera en desacato, algunas fuentes consultadas consideran que sería un punto de muy difícil retorno. Incluso avanzan que sería incongruente que quien no cumple las resoluciones de forma organizada y meditada, participara en el próximo congreso del partido. Si rompen la disciplina es impensable que no tenga consecuencias.

En el plazo de una semana España recorrerá el camino que no ha sido capaz de emprender desde hace más de trescientos días. Una semana frenética con ronda de consultas del Rey Felipe VI con los líderes políticos, previsible encargo a Mariano Rajoy para formar gobierno y dos sesiones de investidura para votar si la cámara le otorga confianza al candidato. Con el calendario amenazando, no puede producirse ningún imprevisto que trastoque la agenda.

Podemos se ha apresurado a declarar que el PSOE ha firmado una gran coalición con la derecha. El líder de Podemos no consigue que los socialistas le den bola, como se dice en el argot, y estos no entran al trapo de ninguna provocación. Está por ver si finalmente Podemos escenifica su protesta durante la sesión de investidura con alguna acción de comando en el interior del Parlamento o rodeando el Congreso de los diputados.

A partir de ahora, la izquierda se divide entre quienes dan prioridad a la toma de la calle y quienes liderarán la oposición en el Parlamento.

Veremos quién gana.

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