El increíble bosque de CLM que (según los expertos) no debería estar ahí

Su ubicación y la belleza de su entorno convierten la visita al Hayedo de Tejera Negra en toda una experiencia para los sentidos.

El increíble bosque de CLM que (según los expertos) no debería estar ahí
photo_camera El increíble bosque de CLM que (según los expertos) no debería estar ahí

No debería estar ahí. Eso es lo que afirman los expertos. El Hayedo de Tejera Negra es el hayedo situado más al sur de Europa. Se trata de toda una anomalía, pues las hayas son árboles más propios de otras latitudes, de valles húmedos y fríos, con abundantes precipitaciones, y que abundan en el norte de la Península, en la cordillera Cantábrica y los Pirineos. Su ubicación y la belleza de su entorno convierten la visita a este espectacular hayedo en toda una experiencia para los sentidos.

Una experiencia que en otoño se convierte en un vistoso caleidoscopio de colores. El cambio del colorido de sus hojas otorga al conjunto una belleza singular. El paseo por este espacio natural, situado en Cantalojas, al noroeste de la provincia de Guadalajara, nos traslada a un mundo propio de cuentos de hadas.  

El secreto de Tejera Negra es el excepcional microclima que se genera en esta parte del macizo de Ayllón. Aquí las zonas más umbrías mantienen una alta humedad, las  nieblas son persistentes y las precipitaciones son abundantes incluso en verano, todo un caldo de cultivo para este tipo de bosques. El hayedo se alimenta de los caudales de los ríos Lillas y Zarzas, que nacen en el glaciar La Buitrera. El entorno es espectacular, con dos valles por los que se extiende el bosque, flanqueados por altas y afiladas crestas rocosas. Junto a las hayas (algunas de ellas con 300 años de vida) se extienden robles, pinos, centenario tejos, acebos, olmos, serbales o abedules que se elevan sobre en un tapiz de verdes musgos, que en otoño e invierno se alternan con los marrones y amarillos de las hojas caídas.

El paseo por este bosque, en cuyos cielos se puede tener la suerte de observar el vuelo de buitres leonados o águilas reales, tiene como premio el sosiego, el silencio y la belleza cromática que, en los meses de otoño, le convierten en un rincón muy concurrido. Por eso conviene contactar e informarse para poder reservar plaza en el aparcamiento de entrada al parque, desde donde parte la senda de Carretas de 6 kilómetros de longitud. Otra posibilidad es realizar la senda del Robledal, de 17 kilómetros y que parte desde el Centro de Interpretación, por lo que no es necesario reservar plaza para aparcar. Además, para amantes de la bici de montaña hay una ruta señalizada de 21 kilómetros que llega al Río Zarzas.

Para dormir y comer lo mejor es acercarse a Cantalojas, un bello entorno serrano y que conserva una bella iglesia románica, a Majalrayo o a Campillo de Ranas, ambos pertenecientes al conjunto de pueblos de la Arquitectura Negra y que se levantan en parajes naturales de singular belleza.

Fuente: Turismo Castilla-La Mancha