Según recoge Informativos Telecinco, dos padres de Illinois, Estados Unidos, han sido detenidos por encerrar a su hija de 18 años discapacitada en una habitación sucia durante al menos dos años. Al parecer, le daban de comer a través de unos barrotes que había en la puerta de su habitación.
Charles Hopkins III, de 59 años, y Marinda Y. Hicks, de 38, son una pareja que tiene nueve hijos en común, con edades comprendidas entre 1 y 20 años, según indican los fiscales y recoge una publicación de Oxygen. Ahora ambos han sido detenidos porque presuntamente tenían a su hija discapacitada encerrada en una habitación con una puerta de seguridad.
Tal y como han indicado los fiscales, la chica de 18 años, que padece una discapacidad mental grave, dormía en un colchón cubierto de desechos humanos y sangre menstrual. Además, era alimentada con comidas que los padres introducían a través de los barrotes de su puerta de seguridad.
La puerta de seguridad servía para que la chica no saliese en ningún momento de la habitación. Tanto era así que en el cuarto en el que permaneció esos dos años había un retrete portátil que los padres sólo vaciaban cada cuatro o cinco días, según el informe de la fiscalía.
Además, para que nadie pudiese saber nada, las ventanas de la habitación estaban cerradas y tapiadas. Y la habitación estaba en tan mal estado que el techo de la misma se estaba derrumbando.
Para asegurarse de que no podía salir y de que nadie entraba, el padre de la chica se llevaba la llave de la puerta de seguridad al trabajo. Y aunque se desconocen más detalles de los hechos, el abogado de la pareja ha indicado que había “muchos más en la historia” de lo que los fiscales han dicho al juez.
Por todo ello, los padres han sido acusados de poner en peligro a su hija, de negligencia criminal de una persona con discapacidad y abuso de una persona con discapacidad por parte de un cuidador.
A pesar de los hechos, y debido a que la pareja no tiene antecedentes penales, el juez encargado del caso los ha dejado en libertad sin fianza, aunque sí están monitoreados electrónicamente. Eso sí, la próxima semana tendrán que comparecer ante el juez.
Y aunque los delitos de los que se le acusan son muy graves, el juez no ha considerado oportuno retirarle la custodia de sus hijos menores.
