Entre azafrán y botas de vino se encuentra uno de los rincones más bellos de La Mancha

la solana

Entre llanuras se encuentra el pueblo de la Solana, perteneciente a la comarca de La Mancha, famoso por su azafrán, sus hoces y sus botas de vino. Llegamos hasta él pasando por Daimiel y Manzanares, en la N-430. Además de sus construcciones religiosas, de importancia , de las que daremos datos más adelante, el pueblo tiene uno de los conjuntos urbanos más importantes de la provincia. Vertebrado en torno a la Plaza Mayor el visitante debe distinguir dos zonas; el lado este donde está el Ayuntamiento cuenta con porches adintelados; y el oeste y norte también con porches en forma de arco de medio punto y sobre los que se levantan casas de dos plantas.

Como hemos dicho, La Solana cuenta con varias iglesias que es recomendable visitar. La primera de ellas, en la misma Plaza es la de Santa Catalina, declarada B.I.C y llevada a cabo por el maestro Aliseda. Se empezó a levantar en 1420 y se terminó en 1433; pero su estado de ruina a finales del siglo XV obligó a reconstruirla. Este proyecto terminó en 1524. De todo el conjunto lo que sobresale a los ojos de cualquiera es su impresionante Torre, pese a que se ha derrumbado en varias ocasiones mantiene su majestuosidad y es famosa en toda la provincia. Del convento de los Trinitarios, en la calle del Convento, sólo queda la iglesia de San Juan Bautista, de estilo barroco con rasgos clasicistas fue reconstruida en 1970 y conserva un pasadizo elevado que cruza la calle Arco del Convento. Y para terminar con las iglesias visite también la de San Sebastián, Monumento Histórico Artístico desde 1982. Es singular su acceso a través de un pequeño patio y la cubierta mudéjar de su única nave, con incrustaciones de nácar y policromada. En su última restauración se han encontrado unos frescos en los que apenas se distinguen figuras, pero sí inscripciones góticas.

En cuanto a su arquitectura civil, la Casa de Don Diego, declarada B.I.C, fue construida en el siglo XIX y como es habitual en este tipo de viviendas tiene dos plantas, puerta y balcón centrales y ventanas laterales con enrejado. Dentro un patio central columnado y suelo de canto o guijarro. A finales del siglo XX fue adquirida por el Ayuntamiento y después de su reforma se ha convertido en Centro Cultural.

Cuenta también su casco con algunas casas nobles como la Casa de la Encomienda y la Casona. Otro edificio de interés es la Panificadora, ejemplo de arquitectura industrial.

Fuente: Turismo Castilla La-Mancha

Comentarios