DÍA DE CLM

CLM valora el talento de los fogones, la moda y el espíritu asociativo regional

En la imagen el diseñador toledano Alejandro de Miguel en su taller de la localidad de Miguel Esteban / Fotografía: EL MUNDO
photo_camera En la imagen el diseñador toledano Alejandro de Miguel en su taller de la localidad de Miguel Esteban / Fotografía: EL MUNDO

Castilla-La Mancha reconoce, con motivo de la celebración del día 31 del Día de la Región, el talento de los fogones, la moda y el espíritu asociativo castellanomanchego en tres ejemplos y referentes de estas áreas en la región y que rompen aquel dicho que dice 'nadie es profeta en su tierra'.

Se trata del restaurante El Bodegón, el diseñador Alejandro de Miguel y la Fundación Ciudad de Sigüenza que serán distinguidos con las placas al Mérito Regional, como ejemplo del gran potencial gastronómico, cultural y social de Castilla-La Mancha.

No sólo los castellanomanchegos son lo que disfrutan del talento de el restaurante El Bodegón de Daimiel. Su trayectoria gastronómica de décadas es incuestionable, pero además es un auténtico museo bajo tierra al estar ubicado en una antigua bodega del siglo XVII.

Los hermanos Rubén y Ramón Sánchez Camacho, herederos de la tradición gastronómica familiar y actuales chef y sumiller de este restaurante elaboran platos de una manera excepcional, fusionando lo tradicional con los aires modernos, como señala Rubén.

"Mi madre es la que se encarga de la cocina tradicional y yo le doy un punto diferente con platos de cocina de vanguardia", explica el chef Rubén, que ha formado parte de la Selección Española de Cocina Profesional, además de participar en numerosas competiciones nacionales e internacionales.

Cocinero inquieto que no para de innovar y formarse en el día a día, Rubén aclara que "nos diferencia la constancia e intentamos hacer una cocina tradicional y de vanguardia cogiendo productos nuestros y platos de aquí y transformándolos", que reseña la sopa de ajo fría entre alguno de los platos de sus tres menús degustación.

"Viene gente de todos los puntos de España solo a comer nuestro menú. Tenemos casi más clientes de fuera que de la tierra y más allá de una comida queremos que el comensal tenga una experiencia el tiempo que este degustando nuestros platos", apunta, si bien no oculta su orgullo porque, a pesar de contar ya con numerosos reconocimientos, sea premiado en su tierra.

Así, refiere, "siempre es un gusto un premio, pero que lo hagan en tu región por el trabajo bien hecho es un orgullo" y aclara que no faltará a la cita del día 31 junto a su familia.

Tan a gala o más lleva el ser castellano-manchego el joven diseñador Alejandro de Miguel (Miguel Esteban, Toledo) de donde tomó el apellido artístico. "Aquí empezó todo y es donde tengo mi base principal, mi taller, que es mi tesoro y donde hoy trabajan más de 30 personas", señala con orgullo.

A los 18 años abrió su taller y hoy tiene numerosas delegaciones en otros puntos de España y clientas del mundo del espectáculo, el periodismo, incluso de la Casa Real. "Para mí fue una sorpresa el día que me llamaron de la Casa Real porque la Reina Sofía quería vestir uno de mis trajes que al final no fue uno sino una treintena y encima en los comienzos de mi carrera como diseñador", recuerda con cierto rubor.

Especializado en Alta Costura, "me gusta hacer trajes exclusivos y a medida de la clienta", asegura De Miguel, que ya ha obtenido premios muy prestigiosos en su corta trayectoria empresarial, entre ellos Mejor Diseñador de Moda Nupcial 201 o Dedal de Oro 2014.

"Este premio para mi es una sorpresa y una ilusión muy grande ya que se trata de mi región y para mí no hay mejor piropo que el que me digan diseñador manchego", afirma este modisto que apuesta por su tierra como prueba que, a pesar de su expansión, mantiene su "base de operaciones" en Miguel Esteban.

Y concluye: "Estoy un poco desbordado pero sobre todo contento porque hoy en día es muy complicado tener todo el trabajo que quieras y una empresa rentable como es mi caso".

Este mismo orgullo, pero en formato colectivo, sienten en la Fundación Ciudad de Sigüenza, reconocida también con la Placa al Mérito Regional coincidiendo con su 20º aniversario y en reconocimiento de su impulso y revitalización del casco histórico de este municipio y su patrimonio histórico.

"Este galardón ha sido una sorpresa muy agradable y, aunque llevamos 20 años, creo que fue por la colaboración con el desarrollo de la exposición de 'ATempora' lo que nos ha dado visibilidad", explica Gloria de la Heras, una de las seis fundadoras de una Fundación que no cuenta con socios, sino voluntarios que, como en 'ATempora', donde participaron 38 artistas, se suman a cada uno de los proyectos impulsados.

La Fundación ha sido promotora y mediadora con distintas instituciones públicas y privadas para llevar a cabo proyectos de conservación del patrimonio cultural de Sigüenza.

El proyecto que marcó su inicio fue la recuperación de la Casa del Doncel y figuran también, entre otras de sus iniciativas, la recuperación de unas piezas de gran valor como los tapices flamencos de la Catedral de Sigüenza.

"Somos un grupo de amigos surgido de la sociedad civil con el objetivo de recuperar nuestro patrimonio y trabaja por un territorio", explica, porque "no tenemos ni cuotas de socios ni percibimos financiación pública, simplemente impulsamos iniciativas y buscamos apoyos públicos y privados para que las hagan posibles", relata De las Heras, quien destaca que en 2012 fueron declarados Fundación Cívica por la Fundación Bertelsmann.

"En cierto modo somos un proyecto quijotesco", reconoce Gloria, quien insiste en llamar a la sociedad en crear "un poco de conciencia sobre nuestra riqueza y ponerla en valor".

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