ENTREVISTA

Javier Lozano: 'Los equipos y la liga han aprendido a ser eficientes'

La LNFS convoca elecciones a las que volverá a presentarse el toledano Javier Lozano
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Pocas personas conocen tanto el deporte al que se vinculan como Javier Lozano (Toledo, 1960). Primero fue internacional español de fútbol sala, más tarde bicampeón del mundo desde el banquillo y por último presidente durante dos etapas consecutivas de la Liga Nacional de Fútbol Sala (LNFS). Ahora aspira a un tercer mandato.

Pregunta: ¿Qué le motiva para querer seguir al frente de la LNFS?

Respuesta: Lo que motiva a un deportista, luchar por una idea, por un reto. Sobre todo en este caso una deuda que tengo hacia el fútbol sala. Me lo ha dado todo, gracias a él he podido conseguir otras muchas cosas en el mundo personal y laboral y creo que se lo debo. El deportista no compite contra nadie, compite contra sí mismo para ser mejor cada día. Esa es mi fuerza intrínseca.

P: ¿Se puede cambiar aún algo en el fútbol sala español?

R: Muchas cosas. Estamos en un proceso. Para que yo llegara hace ocho años los clubes apelaron a las emociones porque el auditorio dijo que había que cerrar con casi cuatro millones de deuda, en plena crisis económica y sin viabilidad. Ellos apelaron a que no les podía dejar con lo que el fútbol sala me había dado.

Venimos de una situación prácticamente de desaparición y estamos en transición hacia ser un deporte profesional en todos los ámbitos. No solo en los procedimientos, en la estructura, en la manera de funcionar, en la competición sino también en el espacio jurídico que nos merecemos. Debemos tener el reconocimiento y el espacio jurídico de un deporte profesional. Ese debe ser el camino o la meta donde todos debemos llegar.

P: ¿Cómo se ha conseguido el 'milagro'?

R: Es muy importante tener el cien por cien del compromiso de los clubes. Les dije que el camino iba a ser doloroso. Es seguir todos muy juntos hacia una dirección. Lo más importante no es la velocidad sino elegir la dirección. Hicimos una limpia de gastos superfluos, que era dos millones del presupuesto solo en gastos no productivos.

A partir de ahí priorizamos y luego mucha gestión. Fallamos en la política, porque no nos interesa, pero estamos centrados en la gestión. Si le añades que no se desvía ni un euro y que todo va donde debe, poco a poco vas mejorando la imagen, el posicionamiento, el producto, se van acercando socios... al final las cuentas salen. La prueba está en que no solo hemos pagado esos casi cuatro millones sino que estamos repartiendo dinero entre los clubes, poco o mucho, pero desde hace años cada vez más cantidades.

P: Está a punto de arrancar una nueva temporada liguera. ¿Qué espera de ella?

R: Hay mucha ilusión porque todo el mundo se ha reforzado muchísimo y muy bien. Lo que más me gusta es que después de todos los errores que han cometido en el pasado, los equipos y la liga han aprendido a ser eficientes. Con no muchos recursos, porque los presupuestos son humildes, han aprendido a hacer muchas cosas. Saben cómo gastar, cómo buscar en el mercado, detectar talento...

Es una virtud porque no hace falta tener demasiado dinero para hacer cosas. Además ha mejorado la preparación de los profesionales. Estamos pasando de un deporte personalista, aficionado y voluntarista a otro mucho más profesional. Se ha notado.

P: Antes se disputó una Supercopa entre Inter y ElPozo con aspectos para analizar. Empecemos por lo bueno, el gol de rabona de Ricardinho que dio la vuelta al mundo. ¿Cómo de importante es tenerle jugando aquí?

R: Son jugadores excelentes, efecto llamada que se denominan. Son la mejor herramienta de márketing. Es verdad que él también lo hace muy bien, domina ese medio y ese mundo. Y luego hace cosas diferentes que llaman mucho la atención. Haces un partido fantástico, te cuesta un montón meterlo en los telediarios, y haces una píldora de estas y sale en todas partes.

Creo que es muy buen jugador y que es importante para la liga pero también para ellos es importante estar en una liga como la española, con esos canales y esos altavoces. Estas cosas las hacía en Japón, las he visto yo en Youtube, pero tenían un diapasón muy pequeño. Es un matrimonio perfecto. Una liga potente y jugadores que son capaces de llamar la atención de todo el mundo.

P: Hubo también detalles más negativos. La tensión de los dos duelos trajo consigo empujones, patadas sin balón, insultos... ¿Qué le pareció la imagen que dieron ambos equipos en la cancha?

R: Estoy muy desesperado porque luego yo soy el remendador, al día siguiente nosotros vamos a la calle a vender este deporte. Llueve sobre mojado, además precisamente con estos dos equipos. Hay momentos que te desesperas porque parece que la lección no se aprende y cada uno mira solo su ombligo.

Luego se te pasa, sacas la maleta y vas a vender con ilusión diciendo que este deporte merece la pena, tiene valores. Y es verdad que los tiene porque el noventa y nueve por ciento de la gente los cumple pero cuando ocurre una cosa de esas... No saben el daño que hacen a mucha gente. Al día siguiente tienes que recargar las pilas, recobrar la ilusión y vender este deporte.

P: ¿Entiende que esos comportamientos se justifiquen con el pretexto de la permisividad arbitral?

R: Tengo muchos años, he sido seleccionador y he vivido todo. No voy a entrar en el asunto porque sería muy duro, además de manera objetiva. Ya se lo he dicho en persona a quien se lo tengo que decir porque no me engañan, yo soy técnico. Sé de los miedos, los deseos, sé cómo funciona el entorno... conozco todo. Y sé cuando se dice algo para qué se dice.

Los árbitros son árbitros, se equivocan. No han estado bien en ninguno de los dos partidos, hay que reconocerlo. Pero más allá de eso han estado mal para los dos. Creo que los árbitros necesitan mucha más colaboración de la que tienen más allá de que hay que reconocer que cuando no están bien, no están bien.

P: ¿En qué momento se encuentran ahora las relaciones con la RFEF después de todo lo acontecido este verano?

R: Nosotros estamos de maravilla, siempre. Nuestra relación es con el Comité Nacional de fútbol sala, que es el que gestiona todo lo que es el fútbol sala de promoción. De hecho tenemos cargos del comité en la liga y cargos de la liga en el comité. Hablamos tres o cuatro veces semanales. Somos dos habitaciones de la misma casa.

P: ¿Debería dimitir Ángel María Villar?

R: No me debo meter en esas cosas. Lo de la federación es un asunto que deben hablar ellos y resolver ellos. Como hombre que ha vivido allí dieciséis años tengo mi opinión personal, mis deseos, mis filias y mis fobias. Pero esto no es un tema que vaya conmigo.

P: ¿Cómo le gustaría que le recordara en el futuro el fútbol sala español?

R: Me da igual, sinceramente. Los que me conocen saben cómo soy y yo sé perfectamente lo que he hecho y lo que hago. Ahora echo de menos que alguno se acercara más a la liga, alguien con responsabilidades que también nos conozca y nos escuche, que no intente dejarnos de lado. Pero aparte de eso me da igual. Hago las cosas por convicción, por compromiso del grupo y por beneficio de todos pero no para que me reconozcan.

Tengo el mayor reconocimiento que puede tener una persona en su vida que es que en mi conciencia miro y digo que he sido dos veces campeón del mundo en este país. Me da igual si se reconoce o no pero tengo esas dos estrellas grabadas en el corazón. Eso solo lo puede entender quien lo ha ganado para no necesitar ningún tipo de halagos, reconocimientos, ni nada. Hay que hacer las cosas por responsabilidad, no porque te lo agradezcan.

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