Leiva: 'Pienso que Serrat debería grabar un disco con Love of Lesbian"

Leiva: 'Pienso que Serrat debería grabar un disco con Love of Lesbian"
photo_camera Leiva: 'Pienso que Serrat debería grabar un disco con Love of Lesbian"

La mezcla entre veteranos de la música española y las nuevas generaciones da buenos resultados, como ha ocurrido en el último disco de Joaquín Sabina producido por Leiva, quien reivindica estos encuentros que rompen barreras: "siempre pienso que Serrat tendría que grabar un disco con Love of Lesbian".

Y aunque algunos no lo sepan, algo parecido ya ocurrió en el último disco de la banda catalana, "El poeta Halley", donde Serrat colabora en una canción. Un "cameo" que a Leiva, que este viernes actuará en el Festival Sonorama Ribera como cabeza de cártel, le supo a poco.

Tanto a él como a Joaquín Sabina ese encuentro intergeneracional les ha funcionado muy bien en el último disco del ubetense, "Lo niego todo", producido por el exmiembro de Pereza.

"Estos encuentros no son sólo para que los jóvenes aprendan de los sabios, sino también para que los sabios vean las nuevas maneras de los jóvenes, porque todos podemos aprender de todos", asegura Leiva en una entrevista con Efe, en la que se muestra emocionado por actuar por primera vez en el Sonorama, y precisamente en su vigésima edición que está dedicada por completo a la música en español.

Una oportunidad para reencontrarse con compañeros y amigos de profesión de su generación como Xoel López, Sidonie, Coque Malla o Sidecar, pero también con veteranos como Santiago Auserón que repasará 35 años de canciones con Sexy Sadie, otro "cameo" entre generaciones de músicos españoles y que servirá, al menos un poco, para romper ese "complejo" de que todo lo de fuera nos parece "acojonante" cuando tenemos bandas aquí impresionantes, asevera.

Leiva, de 37 años y que deja al entrevistador elegir si se dirige a él con su nombre artístico o con el de José Miguel -aunque advierte que sólo le llamaban así cuando le echaban de clase en el colegio- afirma sentirse sorprendido con todo lo que le ha ocurrido en su vida musical porque, según confiesa, siempre ha hecho música sin pensar en las consecuencias ni lo que podía pasar.

Mucho queda en Leiva de ese adolescente que con catorce años empezó en el mundo de la música como batería de la banda "Malahierba" y que poco después se juntó con Rubén Pozo para montar un grupo que, posteriormente, sería el germen de Pereza.

Sigue enamorado de la música y tiene la ilusión "intacta" por hacer cosas nuevas, por darle al "rec" en su pequeño estudio de casa para montar demos que se convertirán en grandes canciones. Sigue enamorado de ese "proceso de laboratorio" y se sigue emocionando cada vez que se sube a un escenario lleno de nervios.

Y es por esta razón por la que sigue en la música, porque el día que no sienta esto, lo dejará, sostiene.

Sobre su último álbum, "Monstruos", y sus fobias asegura que es un tipo muy aprensivo que suele pensar que tiene enfermedades "terribles", lo que se convierte en una actitud ante el mundo, una condición al estilo "Woody Allen" que parece "divertida" pero vivir con ella es "complicado", según sostiene.

Y sobre lo que le hace sentir bien, no tiene dudas: salir a la montaña con sus perros o pasar una semana en su casa en el campo leyendo libros. "No necesito muchas más cosas", declara.

No elude la pregunta sobre qué se puede hacer con la Sociedad General de Autores (SGAE) e incluso admite cierta autocrítica porque los músicos no estén tan organizados como ocurre en el gremio del cine. "Somos bastaste hippies en ese sentido", sostiene.

"Algo huele a podrido en la institución y en la vieja forma de hacer las cosas. No funciona, hacen trampas, está todo mal y siento que tenemos el enemigo en casa", declara, mientras que sobre el estado de la política cultural del país remata que poco se puede esperar de ella mientras gobierne el PP.

Leiva, quien asegura que aunque no puede predecir el futuro no cree que Pereza vuelva a reunirse, actúa este viernes en el Festival Sonorama Ribera de Aranda de Duero (Burgos), el sábado en Huesca y el domingo en Empúries (Girona).

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