El IGME elige Anchuras como punto de inicio de un experimento sísmico

Imagen de archivo de la localidad ciudadrealeña de Anchuras - Autor: Percebal
photo_camera Imagen de archivo de la localidad ciudadrealeña de Anchuras - Autor: Percebal

El Instituto Geológico y Minero de España (IGME) ha elegido Anchuras (Ciudad Real) como punto de inicio de un experimento sísmico que consistirá en la adquisición de un perfil de alto ángulo que irá desde esta localidad hasta la localidad zamorana de Benavente, recorriendo 300 kilómetros.

El IGME, junto con el Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera (CSIC), el Departamento de Geología de la Universidad de Salamanca (USAL), la Universidad de Granada (UGR) y la Universidad Complutense de Madrid (UCM), participarán en la adquisición de este perfil sísmico.

Así lo ha indicado el IGME en un comunicado, donde ha explicado que este proyecto, denominado CIMDEF, pretende construir un modelo litosférico multidisciplinar integrado del Sistema Central de la Península Ibérica, atravesando la cadena montañosa hasta la Cuenca del Duero.

El objetivo principal es conocer la naturaleza profunda de la corteza terrestre a partir de la velocidad de propagación de ondas sísmicas a través de las rocas.

El perfil sísmico que se pretende obtener atravesará importantes zonas desde un punto de vista geológico, como el Sistema Central y parte de la Cuenca del Duero y la Zona Centro-Ibérica, donde a partir de estos datos se podrá conocer la profundidad de la corteza terrestre a partir de la velocidad de propagación de ondas sísmicas.

Para ello, se tendrá en cuenta los diferentes tipos de rocas que la componen y los resultados ayudarán a entender el porqué de la alta elevación de las mesetas del interior de la Península y la estructura de la corteza en el Sistema Central y Este.

El experimento será una prolongación de los perfiles ALCUDIA e IBERSEIS, adquiridos previamente, por lo que su agregación dará como resultado un perfil de casi 900 kilómetros desde el Golfo de Cádiz a la cuenca del Duero, que permitirá confeccionar un modelo geofísico de la Península Ibérica.

Las mismas fuentes han detallado que el perfil sísmico se obtendrá colocando, de manera generalmente alineada y simultánea, casi 1.000 estaciones sísmicas espaciadas de 500 metros.

Dichas estaciones registrarán las ondas generadas por 5 explosiones de una tonelada de explosivo, cada una, que se detonarán en 5 localidades entre los extremos del perfil.

El tiempo de llegada de las ondas sísmicas a cada una de las estaciones ayudará a conocer la velocidad de las rocas que componen el interior de la tierra y, por lo tanto, permitirá entenderla y visualizarla, han dicho los técnicos.

Estas explosiones equivalen a terremotos de magnitud M=3 aproximadamente, pero se producen en localidades conocidas y, por ello, es más fácil interpretar los recorridos de las ondas.

Los disparos van a ser los días 8, 9, 12, 13 y 14 de junio en las localidades de Mancera de Arriba, entre Ávila y Salamanca; en Anchuras (Ciudad Real), en 3 Puerto Pico, en Ávila, y en Toro y Benavente (Zamora).

El IGME ha recordado que una de las características de la Península Ibérica es la relativamente alta elevación de su zona interior y en particular la del Sistema Central.

Y ha explicado que la meseta central se caracteriza por una altitud media de entre 600 y 700 metros y se está elevando actualmente, siendo una de las más altas de Europa.

El modelo geológico y geofísico que se pretende obtener proporcionará nueva información que contribuya a entender la topografía y las razones de sus cambios, ya que éstos reflejan una combinación de procesos profundos y superficiales y sus interacciones con la corteza.

Se acepta que algunos de los aspectos principales que afectan a la respuesta topográfica son el espesor cortical y su litología, así como las propiedades físicas y la arquitectura interna de la corteza y el manto superior.

La propuesta incluye también un estudio multidisciplinar de la geología superficial y el empleo de otras técnicas geofísicas como la gravimetría.

El proyecto tiene una duración de 3 años (2015-2017) y está financiado con fondos del Ministerio de Economía y Competitividad y el FEDER.

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