El presidente de la Denominación de Origen La Mancha, Gregorio Martín-Zarco; y el de la Cooperativa Virgen de las Viñas de Tomelloso, Rafael Torres, que el día 31 serán nombrados Hijos Predilectos, han destacado la calidad de los vinos de la región aunque coinciden en que les falta reconocimiento.
Martín-Zarco y Torres han abordado con Efe algunas claves del sector vitivinícola y han coincidido en que la promoción y comercialización es fundamental para alcanzar un reconocimiento mayor.
Aunque el potencial de Castilla-La Mancha es indiscutible (produce el 52 por ciento del vino que se elabora en el país), su valor es inferior respecto a la media nacional y cuando se habla de ellos "se hace muy rápido", se lamenta Martín-Zarco para quien uno de los retos del sector es conseguir que cuando se refieran a ellos se haga con "más conocimiento" y por su calidad.
El presidente de la DO La Mancha insiste en que es "fundamental que nosotros mismos creamos que nuestros vinos pueden competir con los de cualquier otra zona o denominación de origen", una confianza que unida a la promoción, a juicio de Rafael Torres, permitirá que en los próximos años lo vinos de la región puedan estar situados en el ámbito mundial en el sitio que les corresponde por "prestigio, por calidad y buen precio".
La evolución del sector vitivinícola de Castilla-La Mancha ha sido extraordinaria en todos los aspectos, ya que en los últimos quince años se ha pasado de producir para destilar a elaborar vino embotellado y con valor añadido, subraya el presidente de la Cooperativa Virgen de las Viñas de Tomelloso (Ciudad Real), la mayor de Europa y, posiblemente, del mundo.
Los fondos europeos han permitido invertir mucho en la renovación de las bodegas, en tecnología y en recursos humanos, que han hecho que los vinos puedan equipararse a cualquier otro en calidad y competir en calidad y precio, asegura.
Sin embargo, ambos coinciden en que hay que seguir avanzando, concentrar la oferta y priorizar actuaciones de promoción y marketing para comercializar mejor los productos, ya que hay mercado consolidado y emergente.
"Queda mucho camino por recorrer, pero no nos queda más remedio que conquistar los mercados en los que queramos posicionarnos", aseguran optimistas y convencidos de que "hay que salir fuera para buscar a los clientes" y hacerlo "con una oferta concentrada, que favorezca los acuerdos comerciales y beneficie, también, a los proveedores".
El sector vitivinícola es consciente de que hay que seguir "esmerándose" en elaborar calidad y las previsiones apuntan hacia un crecimiento del 15 ó 20 por ciento de vino embotellado en los próximos años para atender la demanda de los mercados nacional e internacional, en los que las ventas crecen aunque no tan rápido como les gustaría.
En este sentido, abogan por articular una "estrategia conjunta" con las administraciones competentes y la continuidad de las ayudas de Europa para que el sector pueda seguir desarrollándose.
Además, han insistido en que hay que seguir trabajando por tener más presencia en el canal Horeca (restauración) y fomentar la cultura del vino.
Se trata de acercar y "conciliar" a la sociedad con este producto que se ha visto perjudicado, indican, por las campañas anti-alcohol y provocado la caída del consumo.
