El expresidente de Castilla-La Mancha y diputado socialista por Ciudad Real, José María Barreda, no es partidario de romper la relación de décadas entre el PSOE y el PSC "por un calentón", si los socialistas catalanes no acatan la disciplina de voto en la investidura de Rajoy, aunque sí cree que habría que revisar el protocolo que existe entre ambos partidos.
En declaraciones a los medios en el Congreso, Barreda ha rechazado la posibilidad de que el grupo socialista se decante por una abstención mínima en la investidura de Rajoy y ha subrayado que la decisión aprobada el domingo por el Comité Federal es "inequívocamente clara", en el sentido de que debe abstenerse todo el grupo.
"Nos tenemos que respetar a nosotros mismos y eso pasa por respetar las reglas democráticas", ha enfatizado en relación a la carta enviada por ocho secretarios generales al presidente de la gestora, Javier Fernández, para que finalmente la abstención sea sólo de once diputados.
Para Barreda, el Comité Federal es el máximo órgano entre congresos, ha tomado una decisión y "ahora no vale que los secretarios generales, incluso aunque fueran todos, se ponga de acuerdo para adoptar algo distinto". "Sencillamente, no son las reglas de juego", ha insistido.
Aunque ha asegurado que él "por principio" no está a favor de los castigos, en este caso habría que distinguir también entre los diputados socialistas y los del PSC.
Según Barreda, "no es lógico" que los socialistas catalanes participen en los debates y votaciones del Comité Federal del PSOE y que, cuando se adopta una decisión colectiva, no la acaten si no se corresponde con lo que ellos defendía.
Una relación "asimétrica" que permite que el PSC tenga "todos los derechos, pero ninguna de las obligaciones" con el PSOE, se ha quejado.
Y aunque no es partidario de romper "por un calentón" una relación que ha sido "fructífera y eficaz" durante décadas, ha abogado por revisar los acuerdos, que ahora "favorecen completamente" al PSC, para que sean más igualitarios.
Respecto a que también puedan votar no otros diputados del grupo, algunos de ellos afines al dimitido líder Pedro Sánchez, Barreda ha señalado que no le cabía en la cabeza pensar que un militante socialista, y mucho menos un dirigente del partido como lo son los miembros del Comité Federal, incluido el ex secretario general, no acaten "una decisión legítima y democráticamente adoptada".
Le parecería "excesivo", eso sí, que la sanción impuesta por romper la disciplina de voto fuera su expulsión al grupo mixto, y que el grupo socialista se quedara con menos de 85 diputados. "No creo que haya que llegar a esos extremos".
Su receta, en todo caso, es "pedagogía y paciencia".
